viernes, 1 de febrero de 2013

Nefasta (e imposible) experiencia de compra de Windows 8. Microsoft "pasa" de sus clientes.


Esta pasada noche finalizaba una oferta bastante interesante para actualizar a Windows 8 sistemas operativos anteriores. Tenía decidido actualizar dos portátiles, uno con Windows XP y otro con Windows 7, aprovechando dicha oferta, abierta desde hace 98 días, según la cual accedías a cada licencia por 29,99 € (a lo que se sumaba la gratuidad del Pack Media Center).

Por mi parte incumplí uno de los preceptos sagrados de la oportunidad: "No dejes para última hora lo que puedas hacer antes", y es algo que lamento. Pero por otra parte, la marca, Microsoft, lo que ha hecho (tampoco me esperaba mucho más, ciertamente) ha sido evidenciar, una vez más, su soberbia y absoluta falta de sensibilidad hacia, no ya sus clientes potenciales, sino hacia los actuales.

Durante varias horas de la tarde-noche de ayer intenté infructuosamente realizar el pago de las correspondientes licencias. Algún problema técnico del servidor de Microsoft (quizá saturación) no permitió que se llevara a cabo ninguno de los innumerables intentos de compra. Las llamadas telefónicas remitían a horario de oficina a partir de las 9 de la mañana.

A las 8.30 horas llamada al banco para ver si había habido alguna incidencia con la tarjeta, con la cuenta o con la introducción de datos, no fuera a ser que, además de no haber conseguido la compra, se hubieran realizado (en diversos foros se pueden leer experiencias similares muy desagradables) cargos en la tarjeta. Afortunadamente nada.

A las 9 de la mañana, llamada a Atención al Cliente de Microsoft para dar, como no podía ser de otra manera, con una pared humana. La única respuesta que obtengo es que no tienen conocimiento de incidencia alguna y que si quiero obtener el producto debo abonar 279,99 € (más 159,99 € del pack Media Center). A cada intento por razonar, obtengo la misma respuesta una y otra vez (y no, no era un robot, era una mujer).



Me voy a la web oficial de la tienda de Microsoft, y veo que tienen un chat en directo para atender al cliente. Accedo y veo que soy la primera persona en cola, saludo y me contestan. Por las respuestas veo que la supuesta Marian N tampoco es un robot. Cuento mi experiencia y como respuesta obtengo el mismo resultado que el anterior aunque con un reconocimiento de que sus servidores estuvieron saturados y que por eso no se habría podido realizar mi compra. Sin embargo, con la sensibilidad impuesta por la politica de empresa de Microsoft, vuelvo a encontrarme con una única opción, pagar los precios actuales 340 € en lugar de los 30 € de anoche. Les recalco la poca sensibilidad y que si puedo elevar mi caso a alguna instacia de Microsoft, y como respuesta la misma: si lo quiero, a pagar 340€... Lógicamente no lo voy a hacer.

Si uno se va al Carrefour con un folleto de ofertas en la mano, a por un producto que le interesa, y aunque sea en el último minuto del último día de la oferta, uno se encuentra con que el producto no está en las estanterías, el dependiente mira en su ordenador si ese producto está agotado en toda la cadena Carrefour o si todavía tendrán stock (stock que ya vendrá con su precio actualizado, superior al de la oferta del folleto). Si el producto todavía existe para Carrefour, ofrencen la opción de tomar nota, te indican fecha aproximada de llegada y te llaman o envían mensaje para avisar de que puedes pasar a por el producto (incluso en ese momento puedes desistir, por la razón que sea, de ir a comprarlo) con el precio de la oferta, no con el actual (pues tú has ido, aunque fuera en el último minuto, en tiempo para disfrutar de la misma).

Para los señores de Microsoft, el hecho de que SUS servidores no tuvieran un correcto funcionamiento durante el periodo de oferta, pasa a ser un problema, no para ellos, sino para el CLIENTE. Curiosa forma de mimar a la clientela, de fomentar imagen de marca y atraer clientes potenciales. Como les he dicho, luego se quejan de la imagen de marca y del pirateo de sus productos.

¿Y a los usuarios qué nos queda?. El pataleo. Y como éste es MI blog, voy a patalear lo que me dé la gana. Si por alguna razón, recibo alguna noticia satisfactoria por parte de Microsoft (algo bastante improbable), obtendrán el adecuado reconocimiento. De momento se quedan sin los 60€ de las dos licencias y con el lanzamiento hacia el ciberespacio de mi ciberlamento, para que quienes en el futuro estén pensando en productos Microsoft como opción de compra, les sirva para conocer cómo tratan a su clientela.

¿Soluciones para el software de esos dos portátiles? Pocas, pero encaminadas hacia el software libre. De momento el portátil con Windows XP pasará en breve a tener Linux Ubuntu, y el Windows 7 se quedará de momento como está y dentro de un tiempo pasará también a ser otro de la tribu Ubuntu. Para la telefonía móvil que está para renovar terminales, habrá que pensarse mucho lo de los Windows Phone.

Y es que el problema de las alternativas es más bien desolador. Los detractores de Microsoft, fans de Apple, me traen igualmente al pairo. Su sistema tampoco me ha convencido (la música que te compras en iTunes luego no la puedes llevar a otra parte, la política de post-venta y reparaciones es escandalosa,...). Android es un auténtico problema de seguridad....

Nos ha tocado vivir una época en la que estamos en manos de una oligarquía empresarial formada por Bancos, Energéticas, Petroleras, Operadoras de Telecomunicaciones y Tecnológicas, sobre las que no puedes hacer más que, como las lentejas, si las quieres las tomas, y si no, las dejas. A lo sumo, puedes irte de los brazos de una a los brazos de otra, con la vana esperanza de que con el cambio dejás atrás malestares y problemas, que, al cabo de un tiempo, compruebas con desesperanza que te los vuelves a encontra, como si de un Dèja Vu se tratara. Te das el gusto de enviar a una empresa (operadora, electricidad, banco, etc.) a paseo con el autoengaño de que con la nueva te va a ir mejor, y con el tiempo te encuentras con los mismos problemas.

Pero bueno, que al menos no sea que nos quedamos sin dar el pataleo. Al menos, de forma puntual y momentánea les hace daño.

Váyanse a paseo, señores de Microsoft.




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