viernes, 21 de diciembre de 2012

El Enigma del Ático Izquierda o el cine independiente made in Oviedo de Carlos Álvarez Cabrero



Carlos y yo nos conocemos desde que tenemos uso de razón. Se dió la circunstancia de que -por el común trabajo de nuestros padres, que les hizo residir en el mismo bloque de pisos- coincidimos una camada de chavales de la misma hornada, y así, desde la más tierna infancia jugábamos en la escalera del edificio, en la acera y en los alrededores del portal... Aunque a él no le gustaba el fútbol: sólo daba punterazos al balón cuando no quedaba más remedio que completar un equipo, jugábamos con los Clic, los MadelMan y los Geyperman. Hacíamos laberintos con piezas de lego y poníamos a prueba la capacidad de moscas para salir de los mismos, incluso con arañas dentro. Leíamos con fruición los comics de TBO, Tintín, Asterix, Mortadelo y Filemón y los libros de la colección de Los Tres Investigadores..., inventábamos juegos de mesa y organizábamos en su casa delirantes sesiones de grabación de chorradas e improvisaciones en cintas vírgenes en un viejo radiocassette que acabó totalmente desguazado.

En su día decidió encaminar sus pasos hacia la Escuela de Artes y Oficios de Oviedo, donde se especializó en los campos del dibujo publicitario, el grabado y la serigrafía. Aunque su principal producción creativa es la pintura, parcela con cuya personalidad ocupa uno de los lugares destacados en el arte asturiano contemporáneo, de ella hablaré en otra ocasión. Hoy toca hablar de cine.

Con apenas un breve curso de operador de cámara y mucho autoaprendizaje, su gusto por los dibujos animados supuso una barrera técnica que franqueó creativamente: si no podía acceder a la tecnología de animación de los dibujos, al menos sí a la más próxima, la de la gran paciencia que suponía animar sus personajes en figuras de plastilina, fotograma a fotograma, cada movimiento un fotograma, cada segundo de película meses de trabajo. Así nació "Caracerdo", que de acuarela pasó a plastilina animada en un cortometraje mudo con el mismo nombre y protagonista en 1998. La plastilina es muy maleable y estaba acostumbrado a la plástica aprendida en Artes y Oficios. La película fué exhibida en el Festival de Cine de Gijón de 1998, y luego en otros como en el Festival de Animación del Círculo de Bellas Artes de Madrid, Animadrid 2000, en el Festival de Cine de Alcalá de Henares o en la Filmoteca de Valencia, en 2002.

Frente a la obra gráfica, más introspectiva, de trabajo en soledad, las incursiones en el cine siempre le han supuesto una válvula de escape, una forma de trabajar pasándoselo bien reuniéndose con amigos.

En 2005 realiza el mediometraje "Los árboles del Imperio", rodado en los bosques de Zoreda, con un sonido bastante deficiente y una cámara muy humilde. Cine independiente en su máxima expresión. Resulta complicado que los actores trabajen gratis, pero lo cierto es que no recibe financiación alguna, ni siquiera Institucional.



De 2007 data "El Enigma del Ático Izquierda", que es su primer y hasta ahora único largometraje (en el que realiza multitareas de guionista, productor, director, montador y hasta creador de su música), constituyó toda una odisea que sólo consiguió llevar a término por su obstinación y gracias a la generosidad de sus actores amateurs. Sin subvención alguna, su presupuesto rondó los 1.200 €, y fué realizada con una cámara mínimante decente y un ordenador, en lo que supone un claro ejemplo de una de las paradojas contemporáneas: la tecnología permite que en la actualidad cualquiera pueda realizar cine, pero que a la vez el mercado es tan cerrado que es prácticamente imposible difundirlo en circuitos comerciales y de Festivales... El único reducto posible es Internet. 

Sólo vió la luz en salas españolas en 2009, en el Cine Filarmónica de Oviedo, consiguiendo llenar el patio de butacas pese a la prácticamente inexistente difusión de la que era su única proyección. Todos los Festivales de Cine fueron rechazando, uno tras otro, la posibilidad de exhibir la cinta. Incluso la TPA o el mismísimo Festival de Cine de Gijón (ya se sabe que nadie es profeta en su tierra) la descartaron: "el formato no es profesional", "no hay por donde cogerla", "no sabes montar un plano detrás de otro"... eran los argumentos que, cuando no el silencio, Carlos me contaba que recibía.



A mi me extrañaba mucho escucharle, porque yo mismo asistí a ciclos organizados en Obras Sociales de instituciones financieras muy conocidas, como el de Andy Warhol, algunos de cuyos responsables coincidían en serlo también en alguna de las instancias que ahora le ofrecían a él esos argumentos y, aunque para gustos se hicieron los colores, no me cuadraba que si pensaban que el cine de Carlos era "una mierda" no pensaran lo mismo, por ejemplo, del cine experimental de Warhol. ¿Alguien ha visto "Sleep"? (cinco horas y media de un plano fijo del sueño de John Giorno...; aún recuerdo a gente salirse del cine a la media hora, lanzando improperios), ¿y "Blowjob"? (media hora de primer plano sostenido del rostro de Bookwalter recibiendo una supuesta felación hasta el orgasmo) ¿y "Empire"? (horas y horas de una imagen fija del Empire State Building al amanecer) ¿y "Eat"? (tres cuartos de hora de un individuo comiéndose una seta), etc. etc. Yo sí las ví, y conozco perfectamente el modus operandi Warholiano: poner un rollo, encender la cámara fija e irse por ahí, volver, colocar otro rollo, y así sucesivamente, para luego empalmarlos... sin historia, sin técnica, sin raccord, sin sonido, sin iluminación.... Pero claro, Warhol es "cool".

De lo que no me cabe ninguna duda es de que la mejor ayuda pública que puede recibir el cine es que se permita su difusión, algo que no se está produciendo, por desgracia.

Curiosamente -suele pasar que lo que en casa no te reconocen, lo hacen fuera- y no sin sorpresa, se recibió la noticia de que en la edición 2010 del New York International Independent Film & Video Festival, el Jurado había decidido que en su edición de primavera de la sección angelina, el premio al mejor Director Novel de película extranjera recayera sobre un tal Álvarez Cabrero por la película "El Enigma..."



"El Enigma..." es cine casero, inocente, fresco, amateur..., sin pretensiones y totalmente independiente en toda la amplitud del término (de hecho hasta en sus carátulas se especifica que es una película sin subvención alguna), con actores no profesionales, de los que el espectador duda si su interpretación es inocentemente natural o si es paródicamente inocente, y no quiere ser otra cosa que una especie de comedia paródica autóctona con el trasfondo misterioso del fantasma del antiguo inquilino de la vivienda.









El autor ha decidido colgarla ahora de forma íntegra en la Red (65 minutos de duración) y yo me hago eco de ello, facilitando aquí su visionado: 


Posteriormente se co-responsabilizó del corto "Cena Bizarra" y queda por ver si alguna vez retomará esta actividad que hasta ahora poco más que le ha conllevado tiempo robado a la pintura y muchos quebraderos de cabeza.

Queda pendiente su obra gráfica, deuda que pagaré más adelante.






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